Los Zafiros de la primera década del siglo XXI, continuadores de aquellos otros que estremecieron la música cubana a partir de1962 -cuando fueron fundados por su creador y director, Néstor Milí Bustillo- son cinco, como los legendarios, y tienen un promedio de 30 años de edad.
Para Jorge Echavarría -su director actual y el único que aún se mantiene en la agrupación, entre aquellos que respondieron al llamado de Eduardo Hernández (El Chino) en 1987, para darle continuidad a una leyenda que había desaparecido desde hacía diez años atrás- la historia de este renacimiento es bien conocida.
Él, que la vivió de cerca y fue uno de sus principales protagonistas, nos dice:
El Chino, fundador del grupo original, se había empeñado en volver a integrar el cuarteto. Pero, sus intentos no cuajaban. Entonces se auxilió de Mariano Suárez del Villar -ya fallecido- que era un experimentado musicalizador de programas de radio y TV, y entre ambos convocaron a una audición de voces.
Buscaban los timbres más parecidos para facilitar la resurrección de Los Zafiros, con la misma línea melódica, de modo que, sobre esta base, se pudieran recuperar los temas que más habían calado en el gusto del pueblo.
El Chino se proponía, ante todo, rescatar la línea de continuidad de la agrupación original, incluso incorporándole después, con el mismo estilo, nuevos temas de repertorio".
Echavarría laboraba, por aquellos días, como radiólogo del hospital habanero conocido como Maternidad de Línea ("América Arias"). Pero siempre tuvo gran afinidad con la música. Conocía todos y cada uno de los temas de Los Zafiros. Sus padres poseían sus discos y solían escucharlos con mucha frecuencia. El joven, pues, se presentó en la audición de voces, cantó, lo hizo bien y fue seleccionado.
De lo que pasó después, continúa contando Jorge:
Comenzamos a ensayar en el mismo 1987. Durante cerca de cinco meses nos dedicamos a montar repertorio. Nuestro debut tuvo lugar a principios de 1988; en Alegrías de Sobremesa de la emisora Radio Progreso. Coincidimos ese día con la Orquesta Aragón. Nos presentó un formidable locutor y animador: Agustín Roquefuentes.
La verdad es que no sabíamos cómo el público iba a aceptar que nosotros cantáramos aquellos temas inolvidables. Ese día interpretamos: "Un nombre de mujer" (conocido por "Ofelia"), "Bellecita" y "Me voy: mi corazón se queda" que lo cantaba El Chino.
El Chino, fundador de la continuidad de aquellos otros legendarios, cantaba los temas que ya habían "pegado" en su voz y, a su vez, los cinco jóvenes incorporaban números nuevos. Jorge y sus cuatro compañeros, entretanto, se mantenían escépticos ("No sabíamos qué iba a pasar"), pero pasaron la prueba... y con éxito.
Aproximadamente tres años después, El Chino se jubila por motivos de salud. Sólo, de vez en cuando, acompaña a los jóvenes en determinadas presentaciones e interpreta algunos de sus números. Luego no puede acompañarlos más.
Ya antes de la desaparición física de El Chino habíamos andado algún camino: participamos en varios Festivales del Bolero; viajamos a Suecia, en 1994, porque grabamos un disco y lo presentamos en Estocolmo. Allí nos mantuvimos durante 3 meses en una de las salsotecas más importantes de esa gran ciudad, llamada La Isla.
Después de eso tuvimos nuestra primera Casa de Los Zafiros, en el club La Red. Fue una experiencia magnífica. Algunos dicen que, desde los tiempos de La Lupe, nunca había pasado allí lo que pasó con nosotros.
Entonces, el 8 de agosto de 1995 muere El Chino. En 1997 hicimos nuestro primer viaje a España, y en el 98 volvimos para un recorrido más largo; en esa ocasión realizamos cerca de 94 presentaciones en vivo. En el 99 viajamos a México, a Mérida, en Yucatán. Y cuando regresamos a Cuba trasladamos La Casa de los Zafiros para el TVCAFE, en el patio del edificio FOCSA, donde llevamos aproximadamente 2 años.
En el TVCAFE iniciamos nuestros conciertos a la una de la madrugada. Por cierto, más del 85% del público asiduo al lugar no conoció a los primeros Zafiros. Es un público joven. La música que ellos están conociendo es la de nuestro repertorio actual mezclada con el antológico, y lo asimilan con la misma pasión con que aquella otra generación de la década de los sesenta recibió al grupo original.
Los zafiros de hoy están integrados por: Jorge Echavarría, director general y primera voz; Israel Hernández, director musical, guitarrista y arreglista; Ramón Espinosa, falsete; Mario Pérez, segunda voz; y Miguel Angel Seburen, tercera voz. Jorge Echavarría, director general y primera voz; Israel Hernández, director musical, guitarrista y arreglista; Ramón Espinosa, falsete; Mario Pérez, segunda voz; y Miguel Angel Seburen, tercera voz.
Respecto al repertorio, son muy cuidadosos. Desde luego, han contado con una ventaja: compositores que nutrieron el stock de la agrupación en su primera época -como Belén Pacheco y Rolando Vergara- les han entregado temas nuevos. También autores jóvenes han puesto en sus manos temas inéditos.
Actualmente los cinco jóvenes realizan un estudio de mesa para su próxima producción discográfica. Tratan de incluir en esta entrega todos los géneros de la música cubana. Han incorporado un cha-cha-cha, lo que no hicieron Los Zafiros anteriores. Recientemente grabaron una rumba.
Su próximo CD se llamará A cuerpo entero, pieza del repertorio del cuarteto que ya obtuvo el primer lugar en la Discoteca de la emisora cubana Radio Progreso. La nueva producción discográfica debe quedar lista para ingresar a los circuitos de distribución en ocasión del decimosexto aniversario de esta segunda versión de Los Zafiros.
Hasta el momento no hemos hecho rap, pero de cierta manera nos hemos acercado a ese ritmo, porque en los últimos temas hemos mostrado fuertes evidencias de contemporaneidad. Uno de nuestros temas más recientes, titulado "Carambola, tiene un poquitico de rap, pero a nuestro estilo. Es una mezcla del estilo de Los Zafiros con el fraseo que caracteriza a los raperos. Siempre a nuestra manera.
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