(Martigues, noroeste de Marsella 1979) recorrió con
su voz cálida, poderosa y llena de sutiles desgarros “cada escenario de París”
y, de un concierto en un local en el que solo estuvieron presentes los miembros
de una misma familia, —si bien numerosa, porque eran 10— pasó en seis meses a
tener 100, fascinados con su música. Y de aquí, llegó a ser disco de platino
una vez en Francia y Grecia y tres en Polonia con su primer álbum The Shape of a Broken Heart. Es una
de las grandes promesas del soul.
Ahora se la compara con Tracy Chapman por su forma de volcar el alma sin mesura
en cada canción, pero su historia había comenzado de forma muy distinta. “Nadie
me animó de pequeña en mi casa a ser cantante, no tuve el coraje”, relata en un
tono gravísimo y bajo, ligeramente adormilada por el “madrugón” que se ha
pegado esta mañana.
A Imany
—nacida con el nombre de Nadia Mladjao en un hogar humilde de inmigrantes de
las islas Comoras— la descubrieron en la capital francesa por casualidad y
decidió probar la aventura neoyorquina para trabajar como modelo. Pasó siete
años en Estados Unidos. Y en su porte elegante se notan esas vivencias, pero se
cansó de la “lucha por pagar el alquiler” y se dedicó a lo suyo con un puñado
de canciones que había ido componiendo. A Madrid llega los días 9 y 10 de julio
con actuaciones en la sala
Clamores y a Cartagena el día 25 para el festival
La Mar de Músicas.
Afirma que ahora no se puede
permitir lo mismo de antes, “como tomar un café con los amigos” con
tranquilidad y que le va a llevar tiempo publicar su segundo álbum. “No quiero
decepcionar a la gente a la que gusto. Deseo hacer un disco que tenga que ver
con lo que soy ahora”. Imany, cuyo nombre significa “fe” en swahili, recalca: “Soy
solo una cantante que no toma la música como lugar de refugio”. En su concierto en
Madrid actuará a dúo con un guitarrista “que conoce muy bien la ciudad”. Sin
más envoltorio, porque, según ella, “es la manera más honesta de presentar una
canción. Así no hay donde esconderse”.
Imany ha capturado ahora
muchos corazones en todo el mundo.
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