sábado, 4 de agosto de 2012

Katherine Jenkins- Time To Say Goodbye

(Neath, Gales, 29 de junio de 1980) es una mezzosoprano galesa.Jenkins, además de pertenecer entre 1990 y 1996 al coro de la Escuela Real de Música de la Iglesia, obtuvo grados en canto y piano. Recibió el premio St Cecil como la mas prominente cantante femenina del coro. Ella ganó en dos oportunidades el concurso de la cantante femenina coral de la BBC de Gales. A los dicisiete años ganó una beca para estudiar música en la Real Academia de Londres. Estudió también Italiano, Alemán, Francés y Ruso para graduarse con honores. Como modelo ganó en el año 2000 el concurso de la Cara de Gales y se dedicó posteriormente a su carrera musical. Katherine fue profesora de niños antes de firmar con Universal como mezzo-soprano. Su primer álbum «Premiere» fue el de mas rápida venta de una mezzo-soprano a la fecha. Posteriormente tuvo dos albumes como los número unos de mas venta de un artista clasico en Inglaterra en un año. Jenkins es aún la primera artista femenina en ganar dos veces consecutivas el premio BRIT de clásicos.Katherine ha producido cuatro albumes que han sido número uno y lanzó en noviembre de 2007 el quinto Sus albumes comprenden: arias, canciones populares, himnos y crossover clásico. Ha presentado conciertos en muchos países, como Estados Unidos, Australia y Argentina.


Pero con una claridad despampanante y una seguridad que la hace hablar con convicción de sus elecciones, esta mezzosoprano galesa se defiende sin atacar a nadie. Una lady. "Los críticos y también la gente de la clásica creen que, porque hago este crossover en el que canto canciones quizá más conocidas o populares con mi estilo clásico, ya no puedo cantar ópera. Y no se dan cuenta de que, en realidad, eso ayuda a acercar nuevos públicos, sobre todo a los más jóvenes, al mundo de la clásica", comienza Khaterine Jenkins la charla con La Nacion, que viajó a Londres, invitada por Warner Music Argentina, el sello con que la cantante ha lanzado su séptimo disco, Believe.


A los melómanos británicos les cuesta aceptar que ella se llame a sí misma cantante clásica, cuando en este último disco Believe canta canciones como "Love Never Dies" (el tema principal del musical de Andrew Lloyd Webber que se acaba de estrenar en el West End londinense); o "No Woman, No Cry", de Bob Marley; o "Who Wants To Live Forever", de Queen. "Debo decir que éste es el más comercial de todos mis trabajos discográficos, pero sigue siendo clásico. Allí está mi manera de cantar, mi formación, y también está puesta toda mi emoción", continúa la cantante, que no reniega de lo que hace ni de sus orígenes. Rubia, curvilínea, escotada, voluptuosa, toda Jenkins es un imán para los ojos de sus seguidores, tanto que han sido varios los productores que han intentado capitalizar esa características tan poco comunes en la lírica (sobre todo años atrás) para llevársela hacia el mundo pop, pero esta mezzo rubia y de ojos casi transparentes sabe que por ahí no pasa lo suyo.

"Nunca jamás imaginé que todo iba a tomar este rumbo. Siempre me preparé pensando en que mi carrera iba a tener que ir paso a paso, afianzando cada logro, siempre con el objetivo final de ser una cantante lírica. Este salto nunca apareció en mi mente, pero estoy feliz de que haya sucedido, y espero que un día se puedan correr de tanto prejuicio y yo pueda cumplir mi sueño lírico."

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